viernes, 16 de noviembre de 2007

Embalse Puclaro

Nada que envidiar al resto

Viaroska Ruiz Estailen

Llevaban ya tres días Cristina junto a su inseparable amiga Pollette y por fin se acercaba el momento tan esperado por ambas. Desde que les habían dicho que irían al desconocido embalse Puclaro, a ambas les había invadido una extraña sensación.

Siempre se hablaba del famoso valle de Elqui, pero nunca se mencionaba dicho lugar, el día no las acompañaba. Los dos días anteriores el clima había estado nublado y como a las cuatro empezó a despejar, pero hoy ambas iban con energías muy distintas y aunque todos iban muy desmotivados y, más ansiosos de ir a la pisquera Capel, ellas lo único que anhelaban era conocer ese lugar que sin ninguna razón les atraía tanto.

Al paso de un par de horas llegaron al desconocido embalse, la primera impresión fue de desconcierto, ya que lo único que veían frente a ella era un camino de tierra semi curvado que parecía no llevarlas a ninguna parte, pero estaban muy lejos aun de llegar.

Al cabo de unos diez minutos, llegaron a un extenso camino, donde a un lado se veía un pequeño riachuelo, pero al girar descubrieron un lago artificial, que no tenía nada que envidiarle a ninguna de esas playas paradisíacas que aparecen en los folletos turísticos y a las cuales todo el mundo quiere ir. Fue en ese momento donde Cristina se comenzó a preguntar ¿y toda esa gente que gasta un montón de plata en viajes a Cancún o a Punta del Este, sabrá de la existencia de este hermoso lugar? y Pollette, muy segura de lo que decía, le contesto: “claro que no, la única imagen que tienen del norte de nuestro país de un lugar árido y abandonado”, pero en cambio nosotras, alumnas de un liceo de la quinta región, que sólo conocíamos nuestra región y que pertenecemos a ese gran porcentaje de personas que únicamente anhelan con viajar al sur, ahora sabemos la existencia de un lugar que no tiene nada que envidiarle a playas o centros turísticos y para el cual no tendremos que viajar tan lejos.

Fue en ese momento, en el cual el guía comenzó a explicarles al grupo, que este embalse tenía una importancia muy relevante para la agricultura de la región, ya que es la mayor fuente de abastecimiento para las plantaciones de papayas y uvas que vienen siendo su recurso principal.

Luego de caminar tan impresionadamente de un extremo a otro, por todo el embalse, ambas amigas juraron recomendar, a todo quien les pusieran atención, que visitaran este hermoso lugar del cual nadie se imaginaba...existía, y en donde, en un país llamado Chile.

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