viernes, 16 de noviembre de 2007

Cine

Por Michelle Villarroel

Hierro 3: No todo es tristeza y soledad

Una emoción, un sentimiento. Un espíritu que llena todos los vacíos que se crean en nuestras vidas. Es increíble cómo a través de una imagen se pueden recrear sentimientos que usualmente ocultamos.

Hierro 3 tiene un silencio que intimida, pero que logra introducirnos en su extraño mundo y. llegamos así, a convertirnos en un personaje más, que observa atónito cómo el mundo puede parecer tan irreal. Podemos ver cómo el protagonista llega a otros hogares, a otras vidas, sólo para limpiar, reparar y nutrirse así de recuerdos, imágenes y esencias. ¿No será acaso éste un reflejo de lo que pasa en nuestras vidas?

Kim Ki Duk, el director de esta cinta, pretende convencernos de que la soledad siempre está caminando a nuestro lado, incorporando por ello, espacios comunes y urbanos, muy cercanos a nuestras vidas.

Nadie sabe donde están los sentimientos, sólo los cambios que producen en el mundo nos hacen darnos cuenta que existen. ¿Cómo negar el llamado a sumir nuestra soledad, a tratar de convivir con ella? Estos sentimientos son en gran parte nosotros mismos, y tratar de olvidar su existencia es negarnos a creer en nosotros mismos.

Nuestras vidas son un contraste de penas y alegrías, eso es lo que le da emoción a nuestra existencia. Sólo lo malo nos permite valorar lo bueno, podemos encontrar paz por que destaca en el caos. Todo esto es Hierro 3, una cinta con un esperanzador mensaje. Una lucha por alcanzar la estabilidad y el equilibrio emocional que necesitamos. Todo es un llamado a la felicidad, una voz que te dice: sé tú la luz en tu propia oscuridad.




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